Dr. Román Rostagno
 
Director del Grupo Médico

 

SINDROME DE CONGESTION PELVICA

El Síndrome de congestión pélvica
Las causas del dolor pélvico crónico, pueden ser variadas, muchas veces están relacionadas con varices en la pelvis ó en los ovarios. El síndrome de congestión pélvica es similar a las varices en las piernas. En ambos casos, las válvulas venosas que normalmente hacen que la sangre suba al corazón están debilitadas y no funcionan bien por lo que la sangre se acumula en la vena, causando presión y dilatación venosa, lo que produce dolor crónico.
En la pelvis, las varices pueden afectar al útero, los ovarios y la vulva.

Síntomas
El síndrome de congestión pélvica, generalmente causa dolor sordo en el abdomen inferior y en la parte baja de la espalda. Este dolor generalmente empeora

• Después de tener relaciones sexuales
• Durante la menstruación
• Cuando la mujer está cansada o parada ( sobre todo al final del día)
• Durante los embarazos
Otros síntomas son:
• Vejiga irritable
• Menstruación anormal
• Flujo vaginal
• Varices en la vulva, glúteo ó ingles.

Diagnóstico
Una vez que se han descartado otras anomalías mediante un exámen pélvico detallado, el SCP se puede diagnosticar con la ayuda de varios procedimientos minimamente invasivos:

Venografía pélvica:
Se considera el método más preciso para el diagnóstico. Para llevar a cabo este procedimiento, el radiólogo intervencionista, inyecta un medio de contraste radiopaco en las venas de la pelvis pudiendo así ver…….

Resonancia magnética (RMN) :
Es el mejor método no- invasivo para diagnosticar el Síndrome de Congestión Pélvica

Ecografía Pélvica:
Aunque no es el mejor medio diagnóstico del SCP, suele utilizarse para descartar otros problemas que podrían causar estas molestias.

Ecografía Transvaginal:
Esta técnica se usa para poder visualizar mejor el interior de la cavidad pelviana. Al igual que ocurre con la ecografía pélvica, no es una técnica específica para visualizar las venas pélvicas. No obstante, puede usarse para excluir otros problemas.

Tratamiento
Una vez realizado el diagnóstico, en casos sintomáticos se recomienda hacer una embolización. Este procedimiento minimamente invasivo consiste en introducir un pequeño cateter en la ingle de la paciente y a través de la vena femoral llegar hasta la vena afectada. Una vez alcanzada la zona a tratar, se inyectan diminutas espirales llamadas coils u otro agente esclerosantes (el mismo material que se usa para tratar las varices en las piernas) para ocluir la vena y así aliviar la dolorosa presión. La paciente puede reanudar su actividad diaria inmediatamente después del procedimiento.

 
 

 

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